Las lámparas de mosaico turco son un tesoro del próximo oriente que, gracias a su increíble belleza, han llegado hasta occidente y se están convirtiendo en una tendencia estilística en los últimos años. Estas lámparas de mosaico deben su nombre a la tradición de fabricación de vidrio turco, que se remonta a milenios atrás en Asia Menor. A lo largo de los siglos, los sopladores autóctonos de vidrio fabricaron una amplia variedad de objetos, incluyendo vasos, botellas, garrafas. Estos objetos mostraban una calidad y un nivel de sofisticación inigualables en la producción de vidrio inigualable en ningún otro lugar del mundo. Probablemente, la lámpara de mosaico de hoy en día debe su existencia a las lámparas de petróleo que existían en Turquía unos 500 años atrás.
Esta artesanía ha sobrevivido a lo largo de los siglos hasta nuestros días y gracias a la globalización podemos adquirir una sin necesidad de viajar a este mágico país. Lo que mucha gente no sabe es que estas lámparas inspiraron a Louis Comfort Tiffany en la creación de sus famosas lámparas. Tiffany.
La iluminación de las lámparas de mosaico transmiten una calidez e intimidad que difícilmente puede igualar otro tipo de iluminación. Por este motivo, son perfectas para establecer estados de ánimo saludables y crear ambientes tranquilos y relajados. Idóneas para colocarlas en vestíbulos y comedores de casas, oficinas y negocios. Si está pensando en comprar una lámpara turca, en nuestra tienda online disponemos de una gran variedad de modelos.
Las lámparas turcas más vendidas
¿Cómo se hacen las lámparas de mosaico turcas?
Las luces de mosaico turco deben su belleza de la calidad de los materiales utilizados en su fabricación y de la habilidad y la imaginación de los artesanos que las hacen. Es un proceso manual y artesanal, donde la mecanización no tiene cabida en el proceso de producción. Cada lámpara de mosaico es prácticamente un objeto único.
Todo y que hay cierto secretismo en la elaboración de estas lámparas, ya que el conocimiento se traspasa de generación en generación entre maestro artesano y aprendiz, el proceso de producción es el siguiente:
- Primeramente, se cortan a mano las secciones individuales a partir de hojas más grandes de cristal hecho a mano de diferentes colores y grosores. Posteriormente, el tamaño y la forma de cada pieza específica formarán parte integral del diseño general de los diferentes estilos de luz.
- A continuación, se prepara una fina base de cristal transparente para insertar las piezas de cristal tallado. Las piezas básicas del diseño se colocan sobre el vidrio transparente mediante plantillas para asegurar que el patrón final cumple el diseño original del diseñador.
- Una vez distribuidas las piezas de cristal que componen el diseño del mosaico, se aplica un adhesivo de secado lento y se aplica una pasta especial para llenar el espacio entre las piezas individuales.
- Una vez que el pegamento y la pasta de adhesión se secan, se aplican productos de limpieza especiales y se frotan con fuerza para eliminar cualquier exceso de pasta de adherencia de la superficie de los segmentos de cristal.
- Después de la eliminación del exceso de pasta, se procede a limar los bordes de vidrio sobrante y se suaviza el globo. En este proceso, se utilizan unos tornos para facilitar la tarea y es prácticamente el único paso de la producción donde se utiliza maquinaria.
- Una vez finalizado el mosaico, se adjuntan a los otros componentes de la estructura de la lámpara que normalmente son de latón o bronce. Estos materiales se fabrican y se montan a mano para formar una completa lámpara colgante, pared o lámpara de mesa que le proporcionará belleza, elegancia y sofisticación durante años y años al lugar donde sea emplazada.
Mientras que la composición de los materiales como del pegamento, la pasta de adhesión o los productos de limpieza han cambiado con el tiempo, el resto del proceso de fabricación continua siendo el mismo. Un proceso que ha permanecido de generación en generación a lo largo de los siglos. Igualmente, cabe destacar, que ninguno de la modernización de los procesos de construcción ha cambiado la majestuosa belleza y la intemporalidad de los mosaicos turcos.